“HABLAR” EN LA ESCUELA: ¿PARA QUÉ? ... ¿CÓMO?
Autora: Rodríguez, María Elena
Mejorar la expresión oral de los alumnos y la comprensión e interpretación de distintos tipos de mensajes orales ha sido, desde siempre, uno de los objetivos primordiales de la enseñanza de la lengua en la escuela; sin embargo, raramente los usos y formas de la comunicación oral se constituyeron en objeto de una enseñanza sistematizada, que tuviera en cuenta las diferencias entre lengua hablada y lengua escrita, como dos modos distintos de comunicación a partir de un mismo sistema lingüístico.
En la escuela se concentra su atención sobre el aprendizaje formal de la lengua escrita, porque es su responsabilidad inevitable pero la capacidad lingüística que forma comunicación se desarrolla según el avance comunicativo. De esta manera los chicos adquieren, de modo espontáneo, los “saberes lingüísticos, textuales y pragmáticos”, fragmentados y rudimentarios, en los intercambios lingüísticos con el medio. Gracias a ellos se pueden desempeñar oralmente, con cierta eficacia, antes de concurrir a la escuela, en la escuela, fuera y a pesar de la escuela. Desde el punto de vista estrictamente sociolingüístico y comunicativo no hay lenguas, ni dialectos, ni registros, ni estilos malos o buenos, inferiores o superiores: todos son útiles en distintas situaciones comunicativas.
En los trabajos con lengua oral en la escuela, así como en los trabajos en lengua escrita, es de fundamental importancia tomar en cuenta los conocimientos previos de los alumnos, pero no para poner el acento en las carencias, en lo que no saben, sino para planificar situaciones de uso de la lengua que permitan reflexionar sobre formatos de habla alternativos y de mayor prestigio social para poder desenvolverse en contextos más amplios y más formales.
¿POR QUÉ Y PARA QUÉ “HABLAR” EN LA ESCUELA?
Porque la escuela es un ámbito privilegiado donde los niños pueden adquirir y desarrollar los recursos y las estrategias lingüísticas necesarias para superar la desigualdad comunicativa y es responsable de la enseñanza de los géneros más formales, como la exposición, el debate, la entrevista, etc., géneros que no se aprenden espontáneamente sino que requieren una práctica organizada.
¿CÓMO “ENSEÑAR” A HABLAR EN LA ESCUELA?
Las disciplinas periféricas de la lingüística como el socio- lingüístico, la pragmática y la etnografía del habla, son ciencias del lenguaje que ofrecen a la didáctica del área una materia prima de interés para la enseñanza de la lengua oral. Es de crucial importancia brindar a los estudiantes muchas oportunidades de hablar, a distintas audiencias y con diversos propósitos y crear estrategias de abordaje de la lengua oral apoyadas en tres pilares básicos: la observación de los usos orales que tienen lugar en distintos entornos de la comunidad, la producción e interpretación de una amplia variedad de textos orales, y la reflexión acerca de los variados recursos que ofrece la lengua
EL AULA COMO ESCENARIO DE LA COMUNICACIÓN ORAL
La planificación escolar del trabajo con la lengua oral necesita concebir el aula como un escenario donde tienen lugar diferentes escenas o eventos comunicativos, en los cuales se articulan de manera específica y peculiar los principales componentes de los actos de habla: marco, participantes, propósitos, estructura, estilo, instrumentos, normas y géneros.
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